Son tres años acompañando el sentimiento DORADO, desde que se ascendió a la primera división del fútbol profesional colombiano hemos estado atentos a lo que pasa con el equipo que se nos robó la vida. Hoy al ver que ese sueño de volar alto en las montañas itaguiseñas se nos ha escapado de la vista, nos llena de tristeza a los hinchas que hemos seguido este proyecto desde que llegó al municipio, muchos de los seguidores somos reconocidos entre amigos, colegas, familias y gente que nos rodea como los "torcidos" o los faltos de identidad al ser declarados por años como hinchas del Atlético Nacional y del Independiente Medellín, pero vimos en las Águilas Doradas una nueva opción de disfrutar el fútbol acompañados de la familia, de los niños y seres que amamos. En las tribunas de Ditaires encontramos los mejores aliados para disfrutar del buen juego del equipo... son esos complementos los famosos embaladores de Ditaires, las locuras de perucho, y las narraciones particulares en los juegos de la B del arriero y su zurriago que eran la sensación de cada partido. Esos hinchas "torcidos" que llaman sufrieron cada vez que había un clásico entre los equipos de la tierra, nos dolía ver perder a Nacional, a Medellín pero nos causaba más dolor ver perder a ITAGÜÍ
Siempre nos ha causado rabia estar en medio de las peleas administrativas para que el equipo siga en nuestro territorio, el mandatario de turno le ha costado reconocer que es un equipo del pueblo y es tan nuestro como el Parque Principal, el Parque Obrero y el Parque del Artista y es tan tradicional como las famosas fiestas de la pereza que lo único que nos causaron fue un estigma de ser unos buenos para nada en el sur del Valle del Aburrá. Si es cierto que es el dinero del pueblo el que está en juego, también son las ilusiones de una casa que hoy se escapan.
Aunque reconocemos la gestión del señor Fernando Salazar y su buena labor como presidente y dueño del Club, también cuestionamos sus muchas actitudes frente a muchos temas relacionados con el equipo. Como muchas veces lo hemos denominado periodistas, hinchas y amantes del fútbol su actitud chocante y en ocasiones groseras le han hecho mal al balón pie colombiano, pero por esos dos aspectos mencionados nunca le dejaremos de agradecer por lo que ha hecho desde su gestión. Como una vez lo expresamos en nuestras columnas, Ditaires era uno antes del equipo y otro después de la llegada de los Dorados al sur. Ese elefante blanco que existió por años resucitó gracias al proyecto de Talento Dorado y el Itagüí Ditaires, son más beneficios los que nos brindaron a estas tierras estigmatizadas por la violencia, la pobreza y la corrupción de los gobernantes, tres situaciones que nunca desaparecerán por lo que vemos, pero con el equipo mitigábamos esas penas amargas de la injusticia.
Estamos sin equipo en la ciudad, estamos sin fútbol en Itagüí y todo porque los que dirigen en los dos lados no quieren tener en cuenta los sueños de este pueblo. SOMOS DORADOS SOMOS ITAGÜISEÑOS Y ANTIOQUEÑOS DE CORAZÓN.